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Escribimos historias a partir del cuento "La nariz Fugitiva"
de Gianni Rodari 

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Abrí los ojos y me levanté. Tenía que ir al colegio. Entré al baño a lavarme la cara y cuando me miré al espejo… -¡Mi ojo!- Grité - ¿Dónde está? ¿Dónde está? – dije. A mi ojo lo vi corriendo. -¡Espera, regresa aquí!- le dije pero se fue corriendo por la autopista. –Espera, te vas a accidentar- me dije a mi mismo mientras corría. Finalmente lo atrapé. Le pregunté: ¿Por qué saliste de tu lugar? El dijo “Estoy cansado que te rasques el ojo no lo vuelvas a hacer”.

Historia de Ezequiel Acosta

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Abrí los ojos y me levanté, tenía que ir al colegio. Entré al baño a lavarme la cara y cuando me miré al espejo me faltaba una oreja y grité desesperado “¡¿Y MI OREJA?!” me pregunté yo. Cuando salí vi a mi oreja volando por el pasillo. De pronto un señor logró agarrarla con una servilleta de papel. El señor se la estaba llevando, yo corrí hacia el y le dije “Señor esa oreja me pertenece”. El avergonzado me pidió disculpas y me devolvió la oreja y así fue esta pequeña historia.

Historia de Agustin Perez

Historia de Abel Cardozo

La maestra me llamó para dar lección. Pase al frente, entonces abrí la boca para hablar y ¡O sorpresa! Mi lengua no estaba allí. Desesperado Salí de clase sin poder hablar y todos mis compañeros me siguieron al patio de la escuela. Todos preguntaban “¿Qué te paso? ¿Qué te paso?”. Yo pensando donde estaría mi lengua. De repente escuche una voz diciendo “Vendo hígado, lengua, corazón, riñones” “¡Ese era!”. Desesperado agarré un lápiz y una hoja y escribí “¡Mi lengua!, SOCORRO, Alto” y todos me ayudaron a perseguir al vendedor para poder recuperar mi lengua. Cuando por fin alcanzamos al vendedor, todos le pedimos por mi lengua y este exclamó -Yo no puedo devolver la lengua así no más. Me tienen que pagar lo que les pida- -¿Cuánto? ¿Cuánto? Diga señor…- - Me tienen que pagar unos 1.000 pesos- Todos hicimos una colecta y juntamos lo que nos pidió el vendedor. Finalmente, el vendedor nos entregó la lengua. Luego le escribi una nota a mi lengua preguntando “¿Por qué me dejaste? ¿Por qué te fuiste? ¿Qué te hice?” y mi lengua que se estaba acomodando se paró y me contestó: Muy bien, te voy a decir una sola cosa: “Nunca más te metas las manos sucias en la boca”.

Historia de Emily Flores

Estaba escuchando música mientras miraba el techo cuando de pronto vi que una oreja pasaba volando ¡Mi oreja! Grité. Me levanté corriendo. La perseguí pero escapó entre la gente.
-Sol se me escapó la oreja- le dije.
-¿Cómo tu oreja?- me respondió
-S{i, pero solo una, por favor estate atenta.
-Bueno- me dijo.
Después de unas horas largas de buscar, me fui a mi casa a descansar y de pronto me llamó mi amiga:
-Tom, la encontré
-¿Dónde está? ¿Por qué no la traes?
-Porque se unió a una banda.
- Pero ¿que tiene? Y ¿A qué banda se unió?
-Es algo muy difícil de explicar, pero bueno, se unió a una banda de narices de otras personas.
-¿En serio? No lo puedo creer
Al rato…
-Me voy con mi hermano – Dijo la otra oreja
-¡¡¡PEROOO… ¿QUÉ?!!!!
En ese momento dejé de oír así que agarré un lápiz y papel para que me escriban. Fui a lo de la banda a preguntar por qué me había dejado.
-¿Qué quieres?- Me dijo (aunque no lo escuche.
-No puedo escuchar pero eso no importa , solo quiero que escuchen. No se que hice mal pero lo quiero remediar, voy a tratar de mejorar pero primero quiero saber que hice mal.
-¡Ay que lindo!! Voy a regresar con mi dueño- dijo una nariz.

 

Las orejas regresaron también y él volvió a escuchar. Regresó a su casa. “Me cambiaste por otra”  se escuchó gritar a la nariz…
Finalmente en su casa, preguntó:
-¿Por qué se fueron?
-Porque queríamos tener una aventura
-¿Y la tuvieron?
-Emmm….
FIN

Historia de Ana Arteaga

La maestra me llamó para dar la lección. Pasé al frente. Entonces abrí la boca para empezar a hablar y ¡Oh Sorpresa! ¡Mi lengua no estaba allí! Entonces la maestra me dice: Julio ¿Por qué no hablás? Yo me voy a gacho mi cabeza. Luego llega la hora de ir a casa. Cuando llego, mi mamá me saluda pero yo me voy corriendo a mi habitación. Mi mamá me pregunta que me pasa pero yo no digo nada. Entonces me dice que vaya a comprar. Yo voy con la lista. Veo que Elena, mi vecina, está comprando pescado. Veo que mi lengua estaba allí, entonces me pregunto ¿Cómo llegó allí? Luego de las compras, dejo las cosas y voy a la casa de mi vecina. Ella me pregunta qué fue y yo le digo “hoy fui a la escuela…” y le explico todo. Ella se sorprende, me dice: Bueno, voy a ir a comprar más cosas, quédate aquí. Al rato vuelve y me dice “Te tengo una sorpresa” ¿Cuál es? Entonces me muestra una servilleta, ¡Allí estaba mi lengua! La tomo en mis manos y le pregunto: ¿Por qué te fuiste? Y dijo: Óigame bien “no me muerda cada vez que mastique chicle, al menos mastique bien”

Historia de Alejandra Rodriguez

Estaba escuchando música mientras miraba el techo cuando de pronto vi que una oreja pasaba volando . “¡Mi oreja!” grité. Salí de mi cuarto, mi oreja estaba escondida en mi casa. Fui al cuarto de mi hermano. No estaba allí. Luego escuché un ruido que venía del sótano. Fui corriendo al sótano. Vi a mi oreja en una caja y la agarré pero vi que tenía un agujero y mi oreja ya estaba subiendo las escaleras. Subí corriendo pero no la encontré. Entonces me tapé con el pelo para que la gente no viera el espacio vacío de mi cara. Fui corriendo a la plaza de enfrente para seguir buscando mi oreja. Una persona me dijo que había visto a mi oreja en el museo. Fui al museo y la vi paseando. La agarré y le dije “¿Por qué te fuiste?” Y me respondió “Porque estaba aburrida”.

Historia de Emanuel Chape

La oreja fugitiva
Abrí los ojos y me levanté. Tenía que ir al colegio. Entre al baño a lavarme la cara y cuando me miré al espejo vi que no tenía mi oreja. Fui a buscarla y la vi pasar por el tren. La seguí. Después la vi en el shopping pero la perdí de vista y me vine a mi casa. Mi sirvienta fue al shopping a comprar y se encontró con la oreja. La sirvienta la agarro pero el vendedor no quería entonces le dijo “esa oreja es de mi patrón” y el vendedor le dijo “No, esa es una oreja de chancho” y la señora le dice “¿Cuánto sale?” “20 dólares” contesta el vendedor. La compro y volvió a la casa. Me dijo “señor acá encontré su oreja”. Entonces la miré y le dije (a la oreja) “¿Por qué te fuiste? ¿Yo que te hice?” y me dijo: “Óigame bien, no se meta nunca más los dedos en la oreja o al menos córtese las uñas”

Historia de Andrea Ramirez

En alguna parte de Francia había una chica llamada Agathe…

Un día como cualquier otro me levanté para ir al cole, entré al baño para lavarse la cara y cuando me miré en el espejo… ¡No tenía las orejas! Miré hacia la ventana y mis orejas estaban cruzando la calle. Les dije ¡Alto ahí! Ellas siguieron corriendo. Salí a buscarlas pero era tarde, estaban en un globo flotante.
Esperé, esperé a que bajaran. Luego vi algo no tan lejos de mí, eran mis orejas que seguían corriendo. Las agarré, me las puse y volví a ser la misma

Historia de Diana Martinez

Un día un señor  estaba escuchando música mientras miraba el techo cuando de pronto vio que una oreja pasaba volando ¡Mi oreja! Gritó ¡Socorro! ¡Mi oreja! Gritó en la ventana y la gente que allí empezó a reir. ¿Le han sacado la oreja y le han dejado el coco? Y al señor no le quedó más remedio que bajar a la calle y perseguir su oreja. Desgraciadamente, llegó apenas a tiempo para ver como zarpaba en un barco. El señor se tiró valiente al agua para alcanzarlo pero el barco había tomado velocidad y el capitán no tenía ninguna intensión de regresar a tierra para que embarquen los retrasados. Una persona le dijo que espere al otro barco. El señor vio que su oreja estaba en la orilla, volvió corriendo y la recuperó

Historia de  Francisco Garay

Abrí los ojos y me levante tenía que ir al colegio. Entre al baño a lavarme la cara y cuando mire el espejo vi una oreja pasar al lado mío. Al darme cuenta que era mía, grité. Mi mama vino y me preguntó que había pasado y le dije que mi oreja no estaba. Entonces me dijo “¡Vamos a buscarla!” Después de 35 minutos la encontramos adentro de una caja. Intente ponérmela pero no pude. Mi mamá me llevó al hospital, el doctor me puso la oreja y volví a mi casa y me dormí.

Historia de Adrián Atanasio

Abrí los ojos y me levanté. Tenía que ir al colegio. Entré al baño a lavarme la cara y cuando me miré al espejo vi que mi ojo se había ido. Busqué y busqué por toda la casa y no lo encontré. Y dije “¿Ahora? ¿Con que voy a ver?” (Porque no el izquierdo apenas veo de cerca). Después de llegar del colegio me puse un parche en el ojo para que no se dieran cuenta que había desaparecido. Luego salí a la calle a buscar mi ojo y le pregunté a algunas personas si por casualidad habían visto un ojo por allí pero la gente decía que no. Yo ya estaba loco. Después volví a mi casa y me dormí. Al dia siguiente desperté y estaba en mi cara pero nunca descubrí por qué se había ido.  

Historia de Tiziana Cruz

Abri los ojos y me levanté. Tenía que ir al colegio. Entré al baño a lavarme la cara y cuando me miré al espejo me faltaba un ojo. Grité “¡No!”. Vino mi mamá y me dijo:
-¿Qué te paso?
-Me falta un ojo má. ¿Cómo voy a ir a la escuela
-No sé hijo
-Me pondré un parche
-no hay parches
-Vamos a comprar…

Al salir vieron un ojo que se iba. Fueron pasando los días, los meses, se hicieron años y el ojo no apareció nunca más.

Historia de Guadalupe Alvarez

Abrí los ojos y me levanté. Tenía que ir al colegio. Entre al baño para lavarme la cara y cuando me miré en el espejo ¡Oh no! No tenia pelo. Me sentí mal porque mis compañeros se iban a reír de mi por estar sin pelo. Entonces vino mi mejor amiga y se asustó y me preguntó que me había pasado. “Cuando me levante me mire al espejo y no tenia pelo. Eso fue lo que me paso” Entonces mi amiga me dijo “Tranquila. Vamos a ver pelucas para ponerte hasta que te crezca el pelo y vamos a averiguar quién hizo eso”. Fuimos a varias tiendas y no me gustaba ninguno. Nos quedaba la ultima tienda porque ya era hora de ir al colegio. Allí encontramos una perfecta para mi estilo. La compramos y volvimos a mi casa corriendo porque se nos hacia tarde para ir al colegio. Me puse la peluca, me cambié y nos dirigimos al colegio rápido. Cuando llegamos a todos mis compañeros les gusto mi nuevo pelo así que me sentí segura y entré al salón. La seño me reto por pintarme el pelo me llevo a la dirección y mi amiga jaló de él y le dijo que era peluca. La seño se quedó asustada porque no tenía pelo. Me llevó al aula y mis amigos y amigas se rieron de mí. Yo pasé vergüenza y tristeza. A la hora de irse a casa me fui con lagrimas mientras todos me hacían bulling. Llegué a mi casa, subí a mi cuarto. Lloré y llore hasta que vino mi mamá y me dijo “Tranquila hija, no llores más que te va a crecer el pelo, no desperdicies lagrimas. No importa lo que te digan”.

Historia de Axel

Salinas Marinez

Estaba escuchando música mientras miraba el techo y de pronto vi que una oreja pasaba volando. ¡Mi oreja! Grité. Corrí hacia la ventana y vi que mi oreja se estaba yendo al restaurante. Así que apague la música y me puse una campera y tuve que inventarle algo a mi mamá para que me dejara salir. “Mamá voy a comprar pan para desayunar” dije “Bueno” me respondió. Entré y vi a mi oreja debajo de una silla. Quise sorprenderla por detrás pero cuando quise agarrarla, una empleada del restaurante se cayo porque sin querer empujé sus piernas. Hizo tanto ruido al romper la taza de café que traía que mi oreja se fue volando. Quise correr para atraparla pero el dueño del restaurante se puso en mi camino y me dijo “niño ¿no ves que hechaste a la mesera? Ve a ayudarla y después puedes irte” Fue a ayudarla y le pedí perdón. Luego Salí y vi que mi mamá estaba afuera viendo por qué no había vuelto a casa. Entonces me dije “¿Dónde estará mi oreja? Tengo que encontrarla antes que mi mamá se de cuenta que le mentí” Mamá fue a buscarme a la panadería y entonces Salí corriendo para llegar antes que ella. Por suerte lo legré y cuando llegó me preguntó “¿Por qué tardaste tanto?” y le respondí: “me olvide el dinero para comprar”- -“Ah ok” respondió. Me dio el dinero y se fue. Luego vi que mi oreja estaba entrando a mi casa Compre’ rápido el pan, fui a mi casa y vbi que mi mama  tenia mi oreja en sus manos. “Aquí tienes  tu oreja” “gracias ma” respondí. La agarré y le pregunté ¿Por qué te fuiste?” la oreja me respondió “Tienes que dejar de escuchar esa música, o al menos escucha mas bajo”.

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